El tema del genocidio alemán contra los judíos es uno que ha dado para miles de libros. Se han escrito de toda clase y podría parecer que ya no se puede sacar más chicha de ello, pero se siguen publicando libros hablando de señores nazis y/o judíos. No dudo que algunos merezcan la pena, pero hay otros que tal vez no tanto. Cuando los hombres creyeron ser dioses nos da una versión diferente, no por el hecho de que trate el amor entre alemanes y judíos, sino por el hecho de que nuestra protagonista, Amara Rosenbauer, tenga 15 años. Y no, no es sólo eso, la escritora, Irene Serrano es de la misma edad.
—Bueno —comenzó a decir Amara tras darle un último sorbo a su vaso—, y ¿en qué sección estás?
—¿Sección? —Nevin pareció dudar un segundo antes de contestar—. Pues, lo cierto es que en ninguna.
—¿En ninguna? —Amara se sorprendió y se sorprendió a la vez. No podía entender por qué un chico como él no pertenecía a las Juventudes del Partido.
—¿Sección? —Nevin pareció dudar un segundo antes de contestar—. Pues, lo cierto es que en ninguna.
—¿En ninguna? —Amara se sorprendió y se sorprendió a la vez. No podía entender por qué un chico como él no pertenecía a las Juventudes del Partido.
Nos situamos en, obviamente, Alemania en verano del año 1935, justo cuando el Partido Nazi cobra más fuerza, cuando va ganando, desgraciadamente, el apoyo del pueblo y empezaba a ser más y más crueles con los judíos.
Amara Rosebauer es una chica de 15 años, de raza aria y perteneciente a las Bund Deutscher Mädel, que es lo mismo que decir partido nazi o hitleriano para chicas. Ella no se plantea si lo que le mandan hacer o estudiar es lo correcto, simplemente es lo que debe hacer. Amara es fría, reservada y aparentemente perfecta, lo cual genera mucha envidia en el resto de las chicas de las BDM. Sin embargo, nunca ha tenido novio, ya sea por decisión propia o por falta de proposiciones, ya que una chica como ella intimida un pelín a los chicos. Por este motivo sus compañeras, que teniendo compañeras así nadie quiere enemigos, le hacen la vida imposible cuando tienen la oportunidad.
Como comprenderéis, Amara sólo tiene una amiga, Erika, una chica con una vida dura, pero que es optimista, alegre, risueña y un poco mucho rebelde para su época. No le gusta las maneras de hacer las cosas en su país ni en las Juventudes. Pero a ver qué puede hacer para remediarlo, ajo y agua dirían algunos. Ella, de momento, es una discreta anti sistema.
Sin embargo, toda la vida de Amara cambia cuando conoce a Nevin Löwe. Un chico sospechoso en sí mismo. Su apellido, el hecho de que no pertenezca a las Juventudes, su actitud con respecto a los demás compañeros de clase, la falta de información sobre su familia... Parece que esté ocultando grandes secretos. Sí, lo habéis adivinado, Nevin tiene sangre judía.
A partir de este momento Amara se ve divida entre lo que quiere su país, lo que quieren sus padre, lo que quiere Nevin, lo que quiere Erika y lo que quiere ella. Nos metemos en la mente de Amara, vivimos el remolino de sentimientos que siente ella... Poneos en la situación, ¿qué haríais? ¿Renunciaríais a vuestra vida y a vuestros ideales hasta el momento... por amor?
Dejando a un lado el hecho de que Irene tiene 15 años y haya conseguido publicar un libro con un tema como este, que ninguno de nosotros puede negar que tiene mucho mérito, el libro me ha gustado, realmente lo ha hecho. Me parece que tiene un importante trabajo de investigación detrás, cosa que se agradece. Se conoce el mundo de las chicas alemanas de la época. También tiene algunas historias que se cuentan en paralelo, que a lo mejor te confunden un poco pero que lo acabarás entendiendo y te dejará con la boca abierta. Bien, llegamos al punto peliagudo, la historia de amor. No, no es de esas tipo... Es la primera vez que le veo en mi vida, ya me he enamorado. Un minipunto bastante grande.
El estilo de escritura es correcto, no hay mucho que comentar, no es desagradable, pero tampoco te impresiona. Cosa que, en mi opinión, es totalmente comprensible, tiempo al tiempo.
En conclusión, un libro bastante entretenido e interesante, duro en ocasiones, ya que la época era dura en sí. No lo juzguéis por la edad de Irene, apenas se nota.
Puntuación:
