El diario de la princesa, Meg Cabot

Mia Thermopolis es una chica tan normal como la vida misma. Es la más popular del instituto, es la novia del guaposo de turno Josh Richter, su pelo rubio es suave como la seda... Espera, espera, espera, aquí falla algo. Falla todo. Empecemos de nuevo.

Mia Thermopolis es una chica tan normal como la vida misma. Su única amiga de verdad es Lilly Moscotvitz, en el instituto la llaman "BITCHORRRARO", nunca ha tenido novio, su pelo se niega a dejarse domar y según ella, es más plana que una tabla de planchar.

Sus padres ya no están juntos y ella se tiene que ocupar de las tareas de la casa (como comprar comida) y por si fuera poco, su madre sale con el señor G. su profesor de álgebra que la tortura una hora después de clase para que aprenda esa asignatura.

Le pregunté a Lilly por qué se había molestado  de aquel modo y ella dijo que él me había acosado sexualmente pero que yo no me había percatado.

¡Qué vergüenza! ¿Te imaginas que Josh Richter empezara a acosarme un día (ojalá) y yo no me enterara? ¡Dios! Soy tonta de remate.

Lilly es una especie de amiga disfrazada de psicoanalista que le hace recapacitar cuando quiere hacer una tontería. Lilly tiene un hermano. Michael Moscotvitz. A Mia no le gusta, solo que es muy majo, amable, se ríen juntos, dicen tonterías, debaten sobre tonterías mucho más grandes y él tiene la costumbre de ir por ahí sin camiseta, enseñando sus abdominales perfectos. Pero Mia está enamorada de Josh Ritcher, pero éste está con Lana Weinberger.

Un día, el padre de Mia aparece por la ciudad. Y le cuenta, así de sopetón, que como tuvo cáncer de testículo no puede tener más hijos, que es el príncipe de un país casi absolutamente desconocido llamado Genovia, que ella será la princesa y que tendrá que dar clases de princesiosidad con Grandmère, la pesada, estirada y princesa de su abuela. Como si su vida no fuese lo bastante deprimente. 

¿Será la princesa de Genovia, dará esas clases con Grandmère, su madre seguirá saliendo con el señor G., aprobará álgebra, le hará caso Josh Ritcher, se dará cuenta de que Michael es un buen partido? Pero lo más importante de todo... ¿le crecerán los pechos?

Es el primer libro que leo de Meg Cabot y me ha dejado con muy buen sabor de boca. Meg Cabot sabe decir las palabras justas para arrancarte una sonrisa. Sabe cómo divertir y entretener. La seguiré probando, a ver si los demás libros de esta escritora son más, o por lo menos, igual de buenos como este.

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