Recientemente su tía abuela ha fallecido, dejando a Néstor triste, abatido y con pesadillas extrañas. Él estaba muy encariñado con Estrella, pasaba los veranos de niño en el patio de su casa, observando las hormigas y nombrando a las plantas con su imaginación de pequeño hombrecito.
Néstor pensaba que su vida sería siempre igual de monótona, siempre con los códigos html y flash, sus amigos, su trabajo... como la de cualquier persona normal.
Hasta esa lluviosa noche de invierno. Hasta aquella navidad en la que toda su existencia cambió.
El teléfono echaba humo y aún no había dejado atrás los acelerones de la carretera.
«No me toques los html», refunfuñaba para sus adentros por las prisas de aquel cliente tan exigente. Un día más, una mañana más, en una vida más como la de tanta gente en aquella y en otras ciudades.
Manolo, Luis, Julio y Néstor deciden cambiar la nochebuena en una discoteca, pegándose una juerga y bebiendo por un plan más... rústico. De ese modo, los cuatro cosmopolitas amigos se ponen en camino de una venta antigua, a beber vino y disfrutar del encanto de la antigüedad, por mucho que Néstor refunfuñe.
Pero llovía tanto en la venta "La nada" que la luz se fue, sumiéndolo todo en una oscuridad casi absoluta. Dos de ellos, Manolo y Luis deciden marcharse, pero Néstor queda prendado del encanto de aquel lugar, tanto que prefiere quedarse a pasar la noche, y Julio pasarla allí también, sin abandonar a su mejor amigo.
Esa noche, Néstor encontró totalmente de casualidad unas cartas en su habitación. Unas cartas que más bien eran diarios. Unas cartas de su tía abuela Estrella. En ella, la mujer ya fallecida, contaba lo que ocurría en aquellos momentos en su vida. Ella pertenecía a un grupo anarquista antes de la guerra Civil. Todo por culpa (o gracias, tal vez) a un chico. Siempre es un chico. Ella era un buena chica, católica y de familia más o menos apañada. Estrella no era de las que llevaban armas ni armaban follón, ella se dedicaba a recolectar fotografías y objetos de gente del pueblo para que nunca fueran olvidados. Y es que, sólo el olvido es peor que la muerte.
A partir de esa noche, Néstor se mete en una búsqueda de los recuerdos de la mujer que había guardado los de los demás, aunque no los suyos. En su búsqueda, no sólo encontrará eso, sino que tal vez a sí mismo y tal vez, aunque sólo tal vez, a una mujer muy especial.
Bien, es una buena novela. Está bien para pasar una tarde, es una historia entretenida y distinta a lo que normalmente leo. Sin embargo, me ha dejado con la sensación de que si el autor la hubiese extendido más haría sido mejor. Los hechos me han parecido atropellados, demasiado rápidos, sin dejar tiempo a los protagonistas para asimilar nada... No sé, no sé. A lo mejor esa era su intención, quién sabe.
Me ha gustado el cambio de lo moderno-moderno a lo antiguo-antiguo.
Más información en la web de Enrique Ballesteros.
Puntuación:
Pues no parece que esté mal la verdad. Me guardo la reseña para cuando acabe con los pendientes ;) ¡Saludos!
ResponderEliminarPues el argumento y tal parece interesantísimo pero tu opinión me ha dejado un poco chof ;__;
ResponderEliminarNo me llama mucho la atención, así que igual no lo pillo.
ResponderEliminarNo sé, no le veo esa chispa que te impacta cuando presientes que te gustará un libro, aunque luego te lleves decepciones ¬¬ De todas formas, sigo tu blog :3
ResponderEliminarParece entretenido. El argumento parece interesante pero tu opinión me echa un pooco pa tras xD
ResponderEliminarasi que no se.. xD
de todos modos por ahora no puedo leerlo xD
Liki!...xD
ResponderEliminarAl final te lo mando eh...
En fin, parece que esta bien y todo...U__U