Citas: Semanas Arcanas VI

Hoy os traigo mis citas preferidas de El nombre del viento y El temor de un hombre sabio.Debo aclarar que no son todas, sería imposible plasmarlas todas en una entrada. Cuidado, porque algunas de estas citas ALGUIEN puede considerarlas spoilers, pero en realidad no creo que lo sean. Dicho esto, allá vamos.

"Hacia finales de verano, oí, sin proponérmelo, una conversación que me sacó de mi estado de dichosa ignorancia. Cuando somos niños, casi nunca pensamos en el futuro. Esa inocencia nos deja libres para disfrutar como pocos adultos pueden hacerlo. El día que empezamos a preocuparnos por el futuro es el día que dejamos atrás nuestra infancia".

El nombre del viento, pag. 116.

"—Por favor, Rian, ¿puedes cruzar las piernas?

Hemme formuló ese requerimiento con tanta sinceridad que no se oyó ni la más leve risita. Rian, desconcertada, cruzó las piernas.

—Ahora que las puertas del infierno están cerradas —dijo Hemme con su tono normal, más brusco—, ya podemos empezar".

El nombre del viento, pag. 333.

"—Deoch, mi corazón es más duro que el cristal. Cuando ella lo golpee, comprobará que es fuerte como el latón al hierro, o como una mezcla de oro y adamante. No creas que no soy consciente, que soy como un ciervo asustado que se queda paralizado al oír las cornetas de los cazadores. Es ella quien debería andase con cuidado, porque cuando lo golpee, mi corazón producirá un sonido tan hermoso y tan claro que la hará venir hacia mí volando".

El nombre del viento, pag. 588.

"Elodin le dio la espalda y me miró de hito en hito.

—Re'lar Kvothe —dijo con seriedad—. Intento despertar tu mente dormida al sutil lenguaje que susurra el mundo. Intento seducirte para que comprendas. Intento enseñarte. —Se inclinó hacia delante, hasta que nuestras caras casi se tocaron—. Suéltame las tetas".

El temor de un hombre sabio, pag. 287.

"—¿Podrías ayudarme a atrapar la luna?

—Quizá pueda darte algún consejo —dijo el anciano de mala gana—. Pero primero deberías reflexionar sobre esto, chico. Cuando quieres algo, tienes que asegurarte de que eso te quiere a ti, porque si no, pasarás muchos apuros persiguiéndolo".

El temor de un hombre sabio, pag. 712.

"—Esa es la naturaleza del amor —dijo Vashet—. Intentar describirlo volvería loca a cualquier mujer. Por eso los poetas se pasan la vida escribiendo. Si uno de ellos pudiera describirlo definitivamente en el papel, los otros tendrían que abandonar sus plumas. Pero es imposible".

El temor de un hombre sabio, pag. 890.

"La dulce sonrisa de una mujer joven: no hay nada mejor en el mundo. Es más valiosa que la sal. Sin ella, algo enferma y muere dentro de nosotros. Estoy seguro. Una cosa tan simple. Qué raro. Qué maravilloso y qué raro".

El temor de un hombre sabio, pag. 954.

Y lo dejo ahí porque me lanzo y no paro. ¿Cuál os ha gustado más?